lunes, 2 de septiembre de 2013



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COMO SANTA ROSA DE LIMA QUE VUESTROS CORAZONES SEAN TEMPLO DE VALORES MORALES
En la mañana de hoy, día en que celebramos la Solemnidad de Santa Rosa de Lima, Monseñor José Antonio Eguren Anselmi S.C.V., Arzobispo Metropolitano de Piura presidió la Santa Misa en la Basílica Catedral de nuestra ciudad, en la cual rindió homenaje a la primera flor de santidad de América, Patrona de la Policía Nacional del Perú y de las Enfermeras de nuestro país. Concelebraron esta Misa el Capellán del Ejército Peruano – Piura, Pbro. Wilfredo Gonza y el Capellán de la Fuerza Aérea Peruana – Piura, Pbro. Felizardo Arrascue. También participaron de esta celebración autoridades civiles y militares de nuestra región.


Al iniciar su homilía Monseñor Eguren se dirigió a todos los fieles que abarrotaban la Catedral de Piura reflexionando sobre la vida y santidad de Santa Rosa de Lima: “Hoy 30 de agosto, celebramos a Santa Rosa de Lima, patrona del Perú, de América y de las Filipinas. Celebramos a nuestra santa limeña y peruana, primera flor de santidad que floreció en nuestro continente americano. La fragancia de esta “rosa” no se ha desvanecido con el paso de los tiempos sino todo lo contrario, el perfume de su bondad se ha acentuado con los siglos. La santidad de Santa Rosa sigue hoy en día asombrando y cautivando a propios y a extraños. Ella sigue difundiendo el perfume del conocimiento de Cristo.


 Hoy también celebramos a nuestra querida Policía Nacional del Perú, que tiene a Santa Rosa por su patrona, defensora y ángel guardián de su institución. Así lo testimonia la imagen de nuestra santa siempre presente en toda comisaría o local policial. Rendimos homenaje a nuestros policías que a lo largo de nuestra historia hasta nuestros días, con su entrega cotidiana y con su servicio sacrificado y abnegado, contribuyen a la seguridad interna del Perú, a su paz y a preservar la vida de todos los peruanos”.

Durante su homilía nuestro Arzobispo destacó el intenso trabajo de servicio y entrega diaria de la Policía Nacional del Perú: “En esta Santa Misa queremos reconocer una vez más el trabajo de nuestros hermanos que están en la Policía Nacional, que es un trabajo de servicio a todos los peruanos. Asimismo a nuestros Policías, también llamados los “Caballeros de la Ley y los Custodios de la Paz”, les pedimos que siempre honren el uniforme de la Patria, siendo hombres virtuosos, personas morales, intachables e incorruptibles, para que sean guías auténticos para los demás y factores vivos de ética social, que con sus vidas y sus palabras estimulen a los demás a ser hombres de bien”.

Luego dirigiéndose a todos los miembros de la Policía presentes en esta celebración eucaristíca, agregó: “Ustedes suelen decir con razón de Santa Rosa: “Tu pecho fue templo de valores morales, forjados en disciplina que sirven de ejemplo a la Policía Nacional del Perú”. Pues bien, tres fueron las características principales de la santidad de Santa Rosa de Lima. Ellas constituyen toda una fuente de inspiración para que ustedes vivan en plenitud su vocación policial: la oración, es decir una profunda vida espiritual necesaria para combatir el mal de la delincuencia, del crimen organizado y del narco terrorismo; la penitencia, que era para Santa Rosa sobre todo solidaridad con todos los pobres y los que sufren, necesaria en vuestra misión de defensa de los más necesitados y de todos los que ven atropellados sus derechos; y la caridad o ardor por la misión, en vuestro caso es la misión policial. Que cada uno de ustedes policías peruanos pueda hacer vida la letra del himno de la Policía Nacional del Perú: Policía soy, de corazón, por vocación noble y leal, con la tradición de los heroicos policías del ayer; doy mi juventud, mi abnegación, mi patriotismo y lealtad, para servir con fe y honor, en la gloriosa Policía Nacional”.


Al concluir con su homilía el Arzobispo de Piura demandó que las autoridades nacionales y regionales no abandonen la tarea iniciada de dotar con más recursos y medios a nuestra Policía Nacional: “Así como hoy pedimos a nuestros Policías ser intachables e incorruptibles, ser personas virtuosas y morales solicitamos al Estado en sus diferentes niveles doten a nuestra Policía Nacional de más recursos. No es posible que de gobierno a gobierno sigan atravesando una grave crisis de equipamiento y logística, que se ve reflejada entre otras cosas, en la mala infraestructura de muchas de nuestras comisarías; en la carencia en ellas de internet y de radios de comunicación suficientes; en la falta de un número adecuado de unidades de patrullaje, de armamento nuevo y de remuneraciones justas que obligan a nuestros Policías a tener que completar su salario con trabajos de resguardo fuera de su horario de servicio. Todo ello y mucho más es maltratar la dignidad de la vocación policial”.

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